Los bancos mexicanos ofrecen gran confianza, por eso quien guste puede ir a vomitar al cajero, como en casa, con toda confianza.
Si quiere lector, puede imaginar las razones que le llevaron a vomitar al autor de semejante guacara.
Nota. Para la toma de la vomitada no se sacrificaron animales.
jueves, 25 de junio de 2009
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